Confirmada la responsabilidad civil subsidiaria del dueño, aunque lo utilizara habitualmente su hijo que a su vez lo prestó al culpable
Salvo prueba en contrario, los tribunales presumen que la conducción de un vehículo ajeno se realiza siempre con la autorización de su titular. Dicha presunción se refuerza además cuando entre conductor y propietario del vehículo median estrechas relaciones de parentesco, que bastan para explicar la normalidad del uso por uno del automóvil del otro.
La aplicación de esta jurisprudencia ha llevado al propietario de un vehículo que ocasionó un gravísimo accidente a ser condenado como responsable civil subsidiario ante los familiares de una víctima de accidente ocasionado con el mismo, cuando era conducido por un hombre sin licencia, que ha resultado condenado por conducción sin permiso y homicidio por imprudencia grave y responsable civil directo, junto a la compañía aseguradora.
El propietario del vehículo interpuso recurso antes esta condena de responsabilidad civil subsidiaria, asegurando que el condenado condujo su vehículo sin su autorización, pero ha resultado desestimado.
Resulta que el conductor habitual del vehículo era el hijo del titular, pese a la titularidad formal de aquel, y fue este quien había prestado el vehículo al condenado sin su autorización y conocimiento. Pero los magistrados han señalado que siendo cierto que el vehículo era utilizado habitualmente por su hijo y fue este quien directamente lo prestó al condenado penalmente, y no consta que el padre impusiera limitación alguna al usuario habitual respecto del uso del coche o a quien podía autorizar al efecto, cuestión que le resultaba irrelevante y había dejado a criterio de su hijo.
Solo cuando ocurrieron los hechos, de los que podían derivar hacia él alguna responsabilidad, expuso sus defensivos argumentos. Se ha aplicado la doctrina del Tribunal Supremo que mantiene una presunción de autorización de quien conduce un vehículo de titularidad ajena, pues el titular del vehículo, como elemento de riesgo susceptible de causar daños a las personas o en los bienes, ha de tener en todo momento el control del mismo.
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